miércoles, 2 de julio de 2008

DON GENERAL BERENGUER PISONES, EX MÚSICO DE LA BANDA MUNICIPAL DE LA OROTAVA

Artículo recibido de: Bruno Juan Álvarez Abreu

Nació en Rota en la calle Pérez de Bedoya N°. 6 el 14 de noviembre de 1933. A la edad de doce años (1945) su familia tuvo que desplazarse a La Orotava, una Villa de la isla de Tenerife, ya que su padre fue destinado allí como director de la Banda Municipal de Música. Después de innumerables peticiones que le hizo a su padre, ingresó en la Academia de Solfeo de la citada Banda, debutando en la misma dos años después (tenía entonces 14.años), tocando el clarinete - requinto. Transcurridos unos meses, pasó al clarinete - soprano, pues sus dedos habían crecido y ya podía tapar correctamente sus orificios o pabellones digitales. Debido a los conocimientos adquiridos, colaboró con su padre en las clases de solfeo, copiando papeles (entonces no existían fotocopiadoras ni ordenadores) e, incluso, ayudaba en sus funciones al archivero.
A petición de su padre estudia violín cursando cinco de los ocho cursos de que constaba la carrera completa, ya que en La Orotava no había un profesorado titulado en violín que le pudiera enseñar los cursos superiores de este instrumento. También llegó a tocar el saxofón alto. Permaneciendo en la banda municipal de La Orotava hasta que la administración, por cuestiones económicas, decretó su disolución en el año 1955, pasando su padre a la situación de excedente forzoso.
Desde que llegó la familia Berenguer a La Orotava, sus pensamientos estuvieron siempre en ése rinconcito tan maravilloso del sur de Andalucía, en Rota. Nunca pensaron quedarse en las "islas afortunadas", a pesar de sus maravillas y de su incomparable clima.
Regresando a Rota en el año 1955. Poco después ingresó en la Caja de Reclutamiento de Tenerife, por lo que se ve obligado a regresar nuevamente a la isla para cumplir con el servicio militar, concretamente en el Regimiento San Carlos Nº 49 de la capital. En aquel tiempo España tenía problemas en el Sahara y en Aiún, y el reemplazo de 1957 que tenía que ir a dichos territorios se queda en la isla para hacer el periodo de instrucción en el campamento de Hoya Fría. Al haber solicitado su ingreso en la Banda de Música del Regimiento y gracias a sus estudios musicales, los mandos superiores le pidieron que organizase una banda de cornetas y tambores (con el reemplazo que se quedaría en la capital y que estaba realizando el campamento en La Orotava), consiguiéndolo con éxito, por lo que fue felicitado por sus superiores. Aquí recibe el grado de cabo corneta, causando ciertas bromas entre los generales y oficiales de Capitanía. “¿Cómo un "general" podía ser cabo? ¡Y además corneta!..." Esto le sirvió para tener ciertos privilegios, ya que fue nombrado como encargado de la sección de cartografía, que le permitió disponer de tiempo para dedicárselo a dibujos artísticos, consiguiendo el primer premio en el certamen que se organizó en el regimiento. En esta época también participó con los últimos componentes de la banda que había dirigido años antes su padre, en las fiestas de la Orotava.
Cumplido el servicio militar, regreso a Rota, donde continuo desarrollando sus conocimientos musicales y organizo tres bandas de cornetas y tambores; - Colegio Salesianos, Frente de Juventudes y Municipal.
En la primavera de 1960, siendo alcalde D. Antonio García de Quirós, fue requerido para organizar la Academia Municipal de Música, con la idea de formar, posteriormente una banda de música. La academia estaba situada en la planta baja de las actuales oficinas técnicas municipales. Su primera labor fue reparar los instrumentos que quedaban de la primitiva banda. Estuvieron abandonados sabe Dios dónde, pues estaban en, muy malas condiciones y las reparaciones fueron muy laboriosas. Gracias a los dos primeros alumnos de la academia, don Manuel Gutiérrez y don José Antonio Castellano lograron ponerlos en funcionamiento, ellos los limpiaban y General Berenguer los reparaba.
Por esas fechas sus padres habían regresado a Tenerife para visitar a sus tres hermanos que residían allí. A su regreso, le pedió a su padre don José Berenguer Sánchez que le ayudara en las clases, cosa que consiguió después de unos ruegos. Su ayuda fue fundamental, pues el elevado número de alumnos hacía el trabajo poco menos que imposible para una sola persona, además, los conocimientos de su padre eran superiores a los suyos. Debido a esto y como hijo, le "entregó a su padre la batuta", llevando él la dirección, aunque General Berenguer era el titular de la academia.
Todo transcurrió maravillosamente y la labor de su padre fue inmejorable. Viendo el delegado (don Rafael Palomeque) la buena marcha de la academia, le pidió que realizaran una actuación para demostrar los resultados del trabajo. La primera actuación fue tocar en la procesión del Corpus Christis del año 1961. La actuación y el pasacalle anterior fueron maravillosos. Para este debut, su padre don José Berenguer Sánchez compuso expresamente dos marchas procesionales J.H.S. Y Clavel Mariano, siendo felicitados por la Corporación Municipal.
Padre e hijo sabían que al hacer la primera actuación les exigirían más. Dieron conciertos en la época estival y participaron en todas las fiestas locales. El trabajo de su padre no consistía ya en dar clases, sino que debido a las exigencias del Ayuntamiento, se vio obligado a ir formando un archivo, ya que de la anterior banda (que había sido dirigida por él hasta 1943) no había quedado absolutamente nada.
En el año 1962 se rodó en Rota una película, co - producida por RTVE y por la Televisión Francesa, titulada Castillos en la arena, en cuya filmación participó la banda durante cuatro días, recibiendo felicitaciones del Ministerio de Cultura y del Director de RTVE. En ese año y siguientes también participaron en la coronación de la Reina del Carnaval de Cádiz, siendo las nietas del anterior Jefe del Estado. Todo esto hizo que la Banda tomara gran popularidad en toda la provincia gaditana, y las actuaciones se fueron incrementando.
En el año 1963, don General Berenguer Pisone por estar su esposa María Candelaria Villar Sacramento enferma, tuvo que volver a La Orotava (de donde ella era natural, familia “Villar”) y se vio obligado a dejar la dirección de Academia y Banda a su padre. Al día siguiente de llegar a la Villa tinerfeña, un directivo de la banda de La Orotava le ofreció la dirección de la academia de música de la Banda de la Agrupación Musical Orotava, lógicamente lo aceptó, y, además formó parte de esta otra magnífica banda entonces dirigía don José Tesifón Jiménez, por segunda vez, como clarinete principal, copista, reparador de los instrumentos y subdirector. También colaboró con otras bandas de la isla como instrumentista. Una vez recuperada de salud su señora, regresan a Rota en el año 1964 y se hace cargo nuevamente de la dirección de academia y banda de música, aunque por un corto espacio de tiempo, debidos a unos incumplimientos por parte del Ayuntamiento hicieron que abandonara definitivamente la dirección. Al ser su padre mayor, le pidió al delegado de la banda don Miguel Navarro, que buscase un sustituto, siendo éste don Enrique Galán.
Por la prensa de Santa Cruz de Tenerife se enteró en un artículo publicado en el periódico EL DIA, en el cual hablaba de sus colaboraciones con la Banda de la Agrupación Musical de La Orotava, que la junta directiva de dicha banda tenía el recto de nombrarle director de la misma. Pero la petición del gaditano Sr. Galán le hace volver a la banda de Rota como clarinete principal y desinteresadamente ayudaba a impartir clases de instrumento y solfeo. Posteriormente fue nombrado subdirector por los componentes de la banda, cosa que no agradó mucho al director. Debido a la polémica que éste creó a su alrededor abandonó inmediatamente la banda.
En el año 1983 el Ayuntamiento le pide que se haga cargo de la Academia Municipal de Solfeo, impartiendo clases hasta el 14 de Noviembre de 1998, día de su jubilación. Durante esta última época impartió clases a cientos de alumnos de todas las edades (desde cuatro años hasta jubilados) a los que presentaba a los exámenes extraordinarios de los diferentes Conservatorios de la Provincia año tras año. Las brillantísimas calificaciones obtenidas hicieron que la Academia Municipal de Solfeo tuviera gran repercusión en la prensa de la provincia gaditana. También le ofrecieron impartir clases en Arcos de la Frontera. Muchos de estos alumnos se han convertido en docentes o se encuentran desarrollando su labor en entidades culturales.
Fueron 45 años dedicados a la enseñanza de la música. Después de tantos años, han pasado por su atril miles de alumnos, a los cuales les ha tratado correctamente y con todo su cariño musicalmente hablando.

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