
Raúl, nació un 26 de abril de 1946, en Los Realejos. Era un niño normal y corriente como muchos otros niños de la época, pero le toco la suerte, donde una pequeña enfermedad, quedando medio inútil de las dos piernas, quien tuvo que usar bastón y luego muletas, en ese tiempo las muletas eran de madera, las que se colocaba bajo los brazos, aunque luego se fueron modernizando. Gracias a dichas muletas se sostenía.

Lo comento, desde mi punto de vista, de cómo yo lo conocí. Era yo un niño, y recuerdo esa época, y decíamos voy al carrito de Raúl, o de su hermano que también le ayudaba, se llamaba Emilio, quienes tenia un carrito de madera y cristales, donde su techo era formando curva de madera y forrado de latón, siempre lo tenia a la entrada de la plaza junto a la parada de Taxis, de San Agustín en Los Realejo.
Este joven era conocido por el carrito de Raúl, “El Cojo”, era cojo y llevaba muletas, desde niño, esto lo digo con un respeto, éramos niños, y la verdad que éramos medios reinitos, cosa de chicos.
El carrito lleva

Recuerdo que la Cantina del Cine, que así se le llamaba, algo le quitaba de vender a nuestro amigo Raúl, pero como siempre, don Tomas Bencomo, que descanse en paz, atendían a los mayores, pues los chicos salíamos al descanso de la película, y comprábamos golosinas en el carrito de nuestro amigo Raúl.
Pasado unos años, luego también don Emiliano y familia, montaron otro carrito un poco más moderno, quien trabaja de portero en el mencionado Cine, aunque también le atendía dicho carrito, su esposa doña Ascensión, y algunos parientes e hijos, este carro se encontraba en la esquina de la plaza de San Agustín, del mismo municipio Los Realejos. Este era ya más moderno y era fijo al piso forrado de madera de cuatro aguas, podía entrar en su interior y resguardarse del frió y del agua.
De esta manera, se buscaban la vida, estas personas y muchos otros más, era la inseguridad y la pobreza, cosa que ha existido desde las penurias de la guerra.

El de nuestro amigo Raúl, era diferente, era una especie de cajón con ruedas, y cristales con dos despensas a ambos costados, de aquí, dependía parte de la subsistencia de su familia. Raúl, vivía entre el Cantilo y San Vicente. Una casita terrera, su padre se llamaba don Vicente, y lo conocían por Vicente “Títere”. Que tiempos aquellos.

En otra de las imágenes podemos ver a Emilio junto al carro, a la izquierda el joven de negro, conocido por pedrín, con un cigarrillo en la mano. Este lugar es en la plaza del Realejo bajo, junto a la Iglesia de la Concepción.

En está imagen, podemos ver a Emilio, con una caja descansándola en su cuellos con una cinta, la que lleva varios apartados donde van las diferentes clase de golosinas, las que iba a vender en las fiestas y al campo de fútbol de Los Príncipes.

No hay comentarios:
Publicar un comentario