miércoles, 11 de junio de 2008

RECORDANDO EL CARRITO DE RAÚL, Y SUS GOLOSINAS

Corría el año 1962, cuando yo era un niño, mi lugar de nacimiento es Los Realejos, allí estaba ese joven con su carrito de madera quien vendía golosinas. Está es una historia verídica. La historia comienza muchos años antes, esto viene de la familia, formada por don Agustín González y doña Rosario Méndez, estos solicitaron la colocación de un carrito de venta de golosinas, para su hijo Vicente, luego paso a otro de los hermanos Emilio, hasta que llego a manos de nuestro protagonista de está historia Raúl González Méndez, donde muchos realejeros la recordaran. Una familia humilde y trabajadora, claro está, y dura debido a la época.

Raúl, nació un 26 de abril de 1946, en Los Realejos. Era un niño normal y corriente como muchos otros niños de la época, pero le toco la suerte, donde una pequeña enfermedad, quedando medio inútil de las dos piernas, quien tuvo que usar bastón y luego muletas, en ese tiempo las muletas eran de madera, las que se colocaba bajo los brazos, aunque luego se fueron modernizando. Gracias a dichas muletas se sostenía.
Muchos años antes. En esos años que es ejemplo de tiempo pasado, donde hoy ya es diferente en todos sus aspectos.

Lo comento, desde mi punto de vista, de cómo yo lo conocí. Era yo un niño, y recuerdo esa época, y decíamos voy al carrito de Raúl, o de su hermano que también le ayudaba, se llamaba Emilio, quienes tenia un carrito de madera y cristales, donde su techo era formando curva de madera y forrado de latón, siempre lo tenia a la entrada de la plaza junto a la parada de Taxis, de San Agustín en Los Realejo.

Este joven era conocido por el carrito de Raúl, “El Cojo”, era cojo y llevaba muletas, desde niño, esto lo digo con un respeto, éramos niños, y la verdad que éramos medios reinitos, cosa de chicos.

El carrito llevaba tres ruedas, una iba en la parte delantera y dos en la parte trasera, dichas ruedas eran de madera, las que llevaban una goma gruesa alrededor de la misma. donde los jóvenes, y también algún mayor echaban una mano, le ayudábamos a empujarlo, desde la plaza, hasta la altura de la puerta del Cine, el que llevaba por nombre Cine Realejo, sobre todo, los domingos, luego pasado unos años, empezó dos funciones diarias, y también le ayudábamos. Nos daba alguna golosina por ayudarlo a trasladar su carrito, recuerdo que era de color azul y blanco. A hora me vino a la memoria que, también esta por allí su hermano Vicente.
Recuerdo que la Cantina del Cine, que así se le llamaba, algo le quitaba de vender a nuestro amigo Raúl, pero como siempre, don Tomas Bencomo, que descanse en paz, atendían a los mayores, pues los chicos salíamos al descanso de la película, y comprábamos golosinas en el carrito de nuestro amigo Raúl.

Pasado unos años, luego también don Emiliano y familia, montaron otro carrito un poco más moderno, quien trabaja de portero en el mencionado Cine, aunque también le atendía dicho carrito, su esposa doña Ascensión, y algunos parientes e hijos, este carro se encontraba en la esquina de la plaza de San Agustín, del mismo municipio Los Realejos. Este era ya más moderno y era fijo al piso forrado de madera de cuatro aguas, podía entrar en su interior y resguardarse del frió y del agua.

De esta manera, se buscaban la vida, estas personas y muchos otros más, era la inseguridad y la pobreza, cosa que ha existido desde las penurias de la guerra.
Recuerdo, que los que trabajamos en el Cine, con nuestro amigo don Emiliano, le aconsejamos y lo comprometimos que aprovechara esos ahorros y que los invirtiera para un futuro de la familia, para cuando se fuera a retirar. La verdad, que nos hizo caso, invirtió sus ahorrillos y compró un ese carrito, en esta época, ya le llamaban kiosco de golosinas.

El de nuestro amigo Raúl, era diferente, era una especie de cajón con ruedas, y cristales con dos despensas a ambos costados, de aquí, dependía parte de la subsistencia de su familia. Raúl, vivía entre el Cantilo y San Vicente. Una casita terrera, su padre se llamaba don Vicente, y lo conocían por Vicente “Títere”. Que tiempos aquellos.

Aquí lo podemos ver junto apoyado en el carrito y acompañado de Paco el del Cine, luego en otra imagen podemos ver en el mismo carrito, a la izquierda a derecha, a Tito del Sacristán, al centro a Vicente y a la derecha Antonio el platero.

En otra de las imágenes podemos ver a Emilio junto al carro, a la izquierda el joven de negro, conocido por pedrín, con un cigarrillo en la mano. Este lugar es en la plaza del Realejo bajo, junto a la Iglesia de la Concepción.


Aquí podemos ver a nuestro protagonista Raúl, en el Cine, en un día de Carnavales, junto a Paco, (Portero del Cine), los dos con sus gorros y corbata bien elegantes. En otra de la imágenes lo vemos acompañado de don Narciso Rosado, Practicante de pueblo en esa época, observamos como lo están pasando de bien, en estas fechas de Carnavaleras.











En está imagen, podemos ver a Emilio, con una caja descansándola en su cuellos con una cinta, la que lleva varios apartados donde van las diferentes clase de golosinas, las que iba a vender en las fiestas y al campo de fútbol de Los Príncipes.



Desde estas líneas me despido con mucho cariño, de nuestro amigo Raúl González Méndez. A quien Homenajeado con estas líneas, envío el pésame a toda su familia, quien falleció el 28 de agosto de 2007, donde deseamos que descanse en paz. Mil gracias de todo corazón.

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