sábado, 14 de junio de 2008

DON VICENTE MIRANDA HERNÁNDEZ. LIBRERO Y VILLERO DE HONOR

Artículo recibido de: Bruno Juan Álvarez Abreu.

Cuando la Constitución española cumplía 20 años de vida, el periodista orotavense Álvaro Morales compartía la efemérides, con don Vicente Miranda Hernández. Pese a sus imperfecciones e incumplimientos, lo celebraban con gusto, pues nos ha ayudado bastante a limpiar nuestro oscuro pasado. Pero las constituciones, como la democracia, no sólo se celebran cada cierto tiempo; se miman, se mejoran, se discuten y, sobre todo, se viven o se anhelar.
Durante muchos años, las tertulias de la centenaria Librería Miranda de La Orotava acallaron su voz: eran tiempos de silencio, de censura, de dictaduras. Durante muchos años, su actual regente, librero de prestigio, progresista y nombrado entonces Villero de Honor, anheló una democracia «que ahora muchos no aprecian porque desconocen lo que ha costado». Durante todo este tiempo y son ya 88 años, lo que nunca ha dejado de hacer don Vicente Miranda Hernández es buscar cualquier minuto y aprovechar cualquier lugar para satisfacer la auténtica pasión de su vida: la lectura.

Don Vicente, cervantino, agnóstico, socialista y ex concejal de Cultura en el Ayuntamiento orotavense (1979 -1987), trabaja desde los 14 años en la librería que fuera de su padre y que, fundada en 1900, se ha convertido en una de las emblemáticas de Canarias. Conversar con él es como hacer un apasionante viaje por el siglo XX. Un viaje sin punto de partida ni de llegada, pues se puede pasar del país de los sueños novelísticos al de las reflexiones políticas más sosegadas, profundas y, en su mayoría, certeras. Pero don Vicente es, ante todo, una persona humilde que no sólo reconoce que acudía a aquellas tertulias únicamente a escuchar y aprender «de los muchos intelectuales que intervenían en ellas», sino que, pese a ser «un lector empedernido», o precisamente por esto, admite sin reparos que cada vez le abruma más experimentar la fugacidad de nuestras vidas y, al mismo tiempo, comprobar la infinidad de libros que quedan por leer, la infinidad de mundos e historias que quedan por conocer.

Le gustan casi todos los géneros y los lee, si bien su humildad le lleva a aclarar enseguida que nunca se ha atrevido del todo con la filosofía, «pues no tengo los suficientes conocimientos como para profundizar». Pero, al fin y al cabo, ¿no dicen que la filosofía es amor a la sabiduría? De eso, sin duda, está sobrado este orotavense admirado, ejemplo para muchos y amante de los «siempre imprescindibles clásicos españoles, aunque reconozco que nuestra literatura actual, con los Llamazares, Muñoz Molina o Javier Marías, por nombrar alguna gran altura y de un exquisito lenguaje, cosa que, por ejemplo, tenía muy en cuenta Baroja». Su mente abierta al progreso hace elogiar los adelantos de la tecnología, aunque sabe que «esta revolución ya no es para mí, sino para mis nietos».
Sin embargo, y pese a su capacidad de adaptación, hay algo que tiene muy claro: «Las autopistas de la comunicación nunca podrán hacer, como tampoco pudo el cine, la radio o la televisión, que el hombre se sienta tan dueño del medio y del mensaje como cuando tenemos un libro en nuestras manos», pues, como él mismo sentencia, «la lectura es una afirmación de la personalidad».
Don Vicente Miranda Hernández, pese a sus pequeñas frustraciones, «como estudiar en la Universidad o tener una enorme librería en la que quepa la producción del pasado, actual y del futuro», pues de mirar con orgullo hacia atrás y celebrar que tiene la conciencia tranquila por lo que ha hecho en su vida y, sobre todo, por lo que ha hecho en pro de la cultura y la educación de su pueblo, que así se lo ha reconocido y que lo seguirá haciendo. La Banda de Música de la Agrupación Musical de La Orotava, es un ejemplo a seguir, pues era agnósicos de todo aquello que no apoyaba a la banda de música de La Villa, ojalá estuviera entre nosotros para oír a todos esos políticos villeros que se consideran progresistas de izquierda que defienden todo lo clásico, lo nuestro, el medio ambiente, y no reconozcan que la banda de música de su pueblo debe de estar en un lugar común solidario, donde se agrupe toda la juventud en torno a la música como lo defendió de todo corazón este villero ilustre don Vicente Miranda Hernández..

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