lunes, 16 de junio de 2008

COMO ESE TEIDE GIGANTE…

Artículo recibido de: AGAPITO DE CRUZ FRANCO

El ingeniero de montes Manuel Durbán, Director-Conservador del Parque Nacional de Las Cañadas del Teide, fue el pregonero oficial de las Fiestas de la Octava del Corpus y San Isidro en la Villa de La Orotava. Si los dos últimos, la designación mereció la oportuna crítica, su elección este año de 2008 fue todo un acierto y por tanto el aplauso por ello.

Tras el esbozo de su primera impresión del Valle de La Orotava con su ascenso al Teide, entró en materia, y llevó a su terreno a un público al que brindó una información técnica exquisita. Eso sí, a su visión idílica del Valle, le faltó haber reflejado el urbanismo, las autopistas, el tráfico, los acuíferos contaminados, el exceso de población o la progresiva pérdida de suelo rústico. Una foto esta más real. Al final, no olvidó los valores culturales, patrimoniales y etnográficos de la Villa. Metido de lleno en el corazón del volcán, dijo de él que “es uno de los más activos, más grandes, más accesibles y mejor estudiados del mundo, valor añadido por tanto como patrón universal en los aspectos culturales y científicos, además de ser un destino geoturístico espectacular y mundialmente popular.” Su discurso se llenó entonces de coladas, cráteres, jameos, malpaíses o lajiales.

Apareció la flora, con 73 endemismos entre la Violeta del Teide, tajinastes o retamas: “Especies como la jarilla de Las Cañadas o el cardo de plata, se encuentran relegadas exclusivamente al Parque, y no superan los doscientos ejemplares. La Bencomia exstipulata cuenta con apenas 60 ejemplares”, añadiendo que“6 de estas especies están en peligro de extinción”. Habló luego de su fauna invertebrada con 1.337 especies: 985 identificadas y otras 352 no identificadas. Sobre los vertebrados afirmó que el 40% son endemismos, y junto al pinzón azul hay cinco especies de murciélagos. Mención especial al ser humano como parte de este espacio los últimos 2000 años.

La historia administrativa de la protección del Teide comenzó en 1917 con la moción del concejal orotavense Juan Acosta Rodríguez, siendo el 4 de febrero de 1954 la fecha de su declaración como Parque Nacional. “En sus inicios –continuó- lo conformaban 11.000 hectáreas pertenecientes exclusivamente al Ayuntamiento de La Orotava. Tras sucesivas ampliaciones su superficie actual es de 18.990 que afectan a doce municipios, correspondiendo el 77,6% al de La Orotava, siendo la mayor parte de la propiedad de titularidad pública (el 92,78 municipal y el 7,20 estatal), por solo el 0,02 de propiedad privada.”. Naturalistas y científicos de todo el mundo, hicieron en él trabajos pioneros entre los siglos XVIII y XIX, como Alexander von Humboldt, Leopold von Buch y Charles Lyell, que establecieron aquí conceptos básicos de geología y vulcanología y, entre otras figuras de protección de la UE, cuenta desde 1989 con el “Diploma Europeo”.

Su Declaración como Patrimonio Natural de la Humanidad tuvo lugar el 2 de julio de 2007 en Nueva Zelanda “por representar fenómenos naturales superlativos o de belleza natural e importancia estética excepcionales y ser ejemplo eminentemente representativo de las grandes fases de la historia de la Tierra, de procesos geológicos en curso en la evolución de las formas terrestres o de elementos geomórficos y fisiográficos de mucha significación”.

Dejando atrás el Pregón de la Villa, hay que dejar bien claro que el Echeyde, reúne otros muchos matices además de los expuestos. El potencial de energía geotérmica bajo Las Cañadas es un hecho real. Sólo falta voluntad para invertir en investigación en unas islas cuya clase política dominante ha decidido seguir dependiendo energéticamente de los fósiles (fuel, gas natural), con sólo el 2% basado en energías limpias. El movimiento ecologista no ha parado de denunciar infraestructuras agresivas en Las Cañadas, como el caso del teleférico, la introducción en su momento de muflones, extracción de piedra pómez o diferentes construcciones. Sin contar algunos planes donde la palabra Parque suele confundirse con Parking ante esos 3.500.000 turistas que lo visitan anualmente. Isaac Valencia, alcalde de La Orotava, me detallaba los miles de millones anuales que genera el Parque “de los que la Villa, como propietaria, no recibe nada. Al contrario, tiene que invertir en mantenerlo, a pesar de que una buena parte de esa cantidad no se sabe a dónde va…” Añadiendo que “hay que volver a plantearse cobrar al turismo por los servicios, como se hace en otros parques y más cuando los turistas aprueban la idea como se sabe por encuestas ya hechas”.

La cara oculta del volcán, la mostró días atrás en La Orotava, y en el programa educativo: “Canarias, una ventana volcánica en el Atlántico” el científico y geoquímico Nemesio Pérez, Director del Área de Medio Ambiente del ITER. Tras hablar de las circunstancias que acontecen en un sistema vulcanológico, hizo hincapié en sus peligros (gases, explosiones, coladas, cenizas, terremotos, avalanchas de agua y barros, fuegos, etc) y la “urgente necesidad de establecer planes de emergencia cara a la población hoy inexistentes en las Islas, a pesar de ser su principal riesgo. Junto a ellos, mapas de peligrosidad y programas de vigilancia donde se observe a tres bandas lo que acontece en el interior: mediciones de gases, observación de las deformaciones del suelo y detección de movimientos internos a través de sismógrafos, GPS etc”. Cuestión esta comentó, que choca con la realidad de esos reinos de taifas que son las Administraciones y la comunidad científica. De hecho –añadió- existen en la actualidad dos sistemas de GPS paralelos de observación y descoordinados entre sí: el establecido desde hace años por el ITER y el recientemente instalado por el “Instituto Geográfico Nacional” del Ministerio de Fomento y que ignora el ya existente. “Algo similar a lo acontecido años atrás entre las administraciones autonómica e insular. Desencuentros y descoordinación que sólo pueden desaparecer si se anulan los lobbys que bloquean la democracia y se lleva a efecto la creación del Instituto Vulcanológico de Canarias (IVC) aprobado en el Senado, pero como tantas otras cosas de la clase política en espera de hacerla realidad después que ocurra una catástrofe.” Es –dice el portuense Nemesio Pérez- como si la foto pública del gobernante ante una catástrofe diera más votos que esa anónima ante la prevención.

Los pregones y los títulos de la UNESCO están muy bien. Las imágenes del Padre Teide en la Plaza del Ayuntamiento son una obra de arte. Pero, un pueblo que olvida su pasado está condenado a repetirlo. La vida de un volcán dura miles de años. El de una persona no llega a cien. El de un político… Del Chinyero, el último que vomitó fuego en Tenerife, se cumplen en 2009 cien años. Del Teneguía en La Palma apenas 37. El aviso está dado hasta en el folklore: “Todas las Canarias son, como ese Teide gigante…”

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