EL ATUNTAMIENTO BUSCA COLABORACIÓN PARA REHABILITAR CINCO CAMINOS AGRÍCULAS EN LOS REALEJOS

Las mejoras propuestas por la Concejalía de Agricultura beneficiarían directamente a 211 agricultores y a 256.396 m2 de zonas cultivables.

El Ayuntamiento de Los Realejos ha presentado al Cabildo Insular de Tenerife, a través de su Concejalía de Agricultura, una serie de proyectos de mejora de caminos rurales del municipio que de llevarse a cabo, representarían un impulso destacable al sector agrícola local. Las Llanadas, Icod el Alto y La Azadilla son las zonas agrícolas en las que se ubican los cinco caminos propuestos para su mejora, que en conjunto sumarían un total de 256.396 metros cuadrados en parcelas cultivables, en su mayor parte dedicadas a la papa, aunque también a frutales, hortalizas y cereales. La mejora de los trazados, que en las condiciones actuales presentan un acceso dificultoso y para la que se solicita su acondicionamiento y pavimentación con hormigón coloreado, “contribuiría a la potenciación de la agricultura al facilitar notablemente la llegada a las parcelas a lo largo de todo el año, así como el traslado de los aperos de labranza y de las propias cosechas, aminorando al mismo tiempo las dificultades que puedan ocasionar las inclemencias del tiempo sobre los caminos”, expuso el Concejal de Agricultura Juan Francisco Rodríguez López, quien puntualizó que apostar por la agricultura es hacerlo también por “un desarrollo sostenible y un sector económico viable".

De acuerdo con el censo municipal, serían unos 211 los productores locales beneficiados de manera directa, siendo los caminos propuestos los de Chanajija con 600 metros lineales, Las Cuchillas con 770 metros, El Barranquillo con 262 metros, La Azadilla con 320 y Los Ajos con 200 metros lineales. Bajo esta perspectiva la Administración Local tiene que tender, dentro.

Según el edil realejero: "Nos encontramos actualmente con un Sector, el de la agricultura, que se ha visto afectado por una situación que atañe a toda la Isla por igual y que se ha caracterizado por el abandono progresivo de las labores propias del campo, un envejecimiento de la población rural, un sistema de explotación familiar que sigue utilizando unas técnicas de producción tradicionales y labores culturales arcaicas, una baja densidad de población que ayuda aún más a un aislamiento de las zonas rurales.

Todo esto acompañado por la situación personal del agricultor/a que está perplejo ante su futuro. En el pasado se enfrentaba con desafíos tecnológicos y de inversión. Hoy la competitividad comercial y las orientaciones erráticas que recibe, le impiden ver con claridad las decisiones de tipo productivo que debe tomar."

"El modelo de gestión basado en la explotación familiar, tiene dificultades de adaptación a las modernas técnicas de gestión y a las actuales exigencias del mercado. Por otro lado resulta problemática la sucesión en las explotaciones por la insuficiente rentabilidad del campo.

Es apremiante la necesidad de mantener una agricultura en el Archipiélago, debido a las características de insularidad del territorio canario y a su gran distancia del continente, que permita el abastecimiento de la población frente a cualquier estado de crisis, así como conservar unos sistemas agrícolas contra la aridez, la erosión, la desertización y, en general, contra la degradación del paisaje. La agricultura - añade López Febles - forma parte, de nuestro patrimonio cultural y de nuestra identidad, siendo piezas fundamentales en el desarrollo de un turismo de calidad".