lunes, 7 de julio de 2008

LOS GUANCHES DE VENEZUELA SON ACLAMADOS EN CANARIAS

Artículo recibido de: Celestino González Herreros
Para hablar de Venezuela hay que sentirla y llevarla dentro. Cuando uno está ausente de ella, después de haberla conocido, queda un cúmulo de mágicas connotaciones que despiertan ese emotivo sentimiento que se traduce en nostalgia, en profundo hechizo que convoca al alma y generosamente nos depara las caricias de los amados recuerdos; ello yuxtapuesto a la enigmática influencia de su música cadenciosa y sensual, con delicados pasajes que recuerdan noches tibias bajo los claros de Luna, en nuestra tierra canaria, cuando en silencio nos baña con sus pálidos efectos, y que, desde la playa, sobre las tranquilas aguas de nuestra bahía languidecen sus plateados fulgores y centellean.

Les veo proyectarse hacia esa línea imaginaria, antesala abierta de la ruta imborrable de tantos navegantes ilusionados que la surcaron, buscando allende el cause del reencuentro con seres queridos, amigos... compatriotas nuestros decididos a extender sus raíces y darle a esa tierra consoladora su vida, si fuera necesario, para propagar nuestro sentimiento de hermandad y dejar esa huella indeleble de nuestra canariedad... Aun no acierto a expresar el inmenso caudal de ternura que allá nos espera... Siento la suave caricia de sus brisas y el trinar de los pájaros al despuntar el alba. Entonces, en cada nuevo día, en mí, renacía la esperanza de realizar todas mis ilusiones y con entusiasmo, aunque nostálgico, presentía esa expectativa viendo transcurrir la vida y el transito de sus gentes, conservadores aun de sus ancestrales usos y costumbres y de sus raíces hispano-canarias. ¡Dichoso aquel que descubre ese encantamiento sentimental, dichoso, porque haciendo patria se siente amparado asimismo y da calor humano a los de su entorno! Sin esa música venezolana los abismos del tiempo no serían viables ni se llenarían de luz e ilusión; es la música de ese ensoñador País, un vínculo indisoluble de amor que nos apresa, un grito que se expande con sus ecos deliciosos y perfuma las nostalgias que rebotan en el alma; todos sus embelesos están emotivamente presentes en esas notas que horita estoy escuchando de una cinta grabada por Los Guanches de Venezuela, del Hogar Canario Venezolano, de Caracas, que recoge su actuación en el Teatro Teresa Carreño de la capital venezolana en el año 1.992, en un concierto denominado "V Centenario".

Por hacer algún comentario más, valiéndome de la información que guardo archivada, diré que en esa ocasión apoteósica la presentación del grupo fue realizada por la joven y extraordinaria periodista Mari Pili Hernández, de Venezolana de Televisión. En esa ocasión, con la fluidez de su amena palabra explicó la significación del acto y dio a conocer amigablemente a sus promotores y organizadores allí presentes.

Esta presentación fue el preludio de un insólito viaje realizado por el grupo a España, donde realizaron 43 intervenciones, en las islas de Tenerife, Gran Canaria, El Hierro, y en Madrid, Barcelona y Sevilla, en este último lugar en el célebre "Palenque", escenario principal, de la Exposición Universal, donde intervinieron los días 7 y 8 de Octubre del año 1.992, con música popular venezolana y de Canarias.

En Madrid actuaron en el Hogar Canario, y en Barcelona en el Pueblo Español, en las Jornadas dedicadas a la Isla de La Gomera, organizadas por el Hogar Canario de Barcelona.

En las Islas Canarias, cantaron la misa de canaria de "Los Sabandeños" en la Ermita de la Virgen de los Reyes, en La Dehesa (El Hierro), en la Basílica de Teror, a la Virgen del Pino (Gran Canaria), en la Iglesia de San Marcos, en Icod de los Vinos, en la Iglesia de Santa Ursula de Adeje (Tenerife) y en la Basílica de la Virgen de Candelaria, Patrona del Archipiélago, (Candelaria, Tenerife)

Sus inmejorables presentaciones revistieron carácter de acontecimiento, obteniendo destacadas menciones en sus interpretaciones en el Puerto de la Cruz (Tenerife), en acto solemne conmemorativo del 12 de Octubre, en el Instituto de Estudios Hispánicos, así como abordo del ferry "Santa Cruz de la Palma" en que se realizó un viaje a la "EXPO 92", con el programa del Gobierno de Canarias, a través de su empresa "EXPOCANTUR".

Voy a voltear la cinta, no sé cuántas veces lo he hecho hasta ahora, como dice el cantar de Julio Iglesia: Me va... Me va... Me va... Y es que lo siento, como dije al principio de este escrito, por que mi alma se identifica con sus sones caribeños y su música popular, la siento y la llevo dentro, con todas y cada una de sus profundas y mágicas revelaciones, por eso la quiero tanto...

Pero antes debo añadir, tomado de un folleto venezolano que guardo, lo que sigue: <<>>

Según la información que he ido recibiendo, pronto volveremos a tener entre nosotros a Los Guanches de Venezuela; y permítanme haga un comentario más, vendrán a deslumbrarnos con sus nuevas interpretaciones, tanto canarias, como venezolanas, y espero tener la oportunidad de escucharles nuevamente. A través de sus melódicas interpretaciones, cerrando los ojos, volveré a sentir aquel airecillo tibio que respiraba allá, en el palmeral de sus playas; cuando con sus notas trenzadas de dulces melodías nos hablan de sus bellezas naturales... "cayendo la tarde encendida y sensual sobre las aguas tranquilas"... Me substrae deliciosamente, y el suave arrullo de sus olas, con sus dulces melodías me confunden... Hoy, cuando escucho esa mística música, estoy evocando vivencias inolvidables de mi larga estancia allá; entonces me enriquecía de su generosa solidaridad que dejó huella para siempre en mí y mientras viva y pueda recordarla yo seré su más convencido admirador. Esa bellísima música también renace en mi corazón con las palabras, cuando trato de transmitir la imagen de la contemplación de toda su poética dimensión... Oyendo rascar las cuerdas del arpa me veo asomado en lo alto de la quebrada, envuelto en aromas salvajes de sus flores y hierbales, que intuyo esparcidos por el camino que conduce al otro lado del palmeral, en plena chaguarama, donde sus sombras me invitan al placentero descanso... y uno siente en ese silencio cantos acompañados, también, del vibrar armónico de las cuerdas del cuatro y las zarandeadas y rítmicas maracas que tanto alegran las distintas perspectivas que van sucediendo, desgranando así todos sus atributos naturales como una ofrenda de nostalgias y amores, como flores deshojadas que vuelan envueltas en esas cálidas brisas tropicales que acarician deliciosamente; y con ese embrujo de la evocación, oyendo a "Los Guanches de Venezuela", mi espíritu después de tanto andar, de vivir tan intensamente un pasado ideal, se adormece. Como el cansancio del niño que no ha parado un instante... Tal vez en el sueño, vuelva andar con el sentimiento de aquellas ilusiones y me aferre a tantas fantasías que horita estoy bebiendo con la sed de mis más profundos anhelos; y con mi enamoramiento me convierto en canto y a la vez en llanto, mis besos acarician las aguas del mágico manantial que brotan en mi mente, viéndolas correr por la solitaria quebrada del abandonado y aislado lugar, hasta que llegan, rozándola levemente a la otra orilla de mi sueño...

Hoy, desde Canarias, yo quisiera darle a Venezuela un emocionado abrazo, así como trato de hacerlo cantándole con embeleso a su buena gente, cuyo recuerdo me inspira, en lontananza, esta lealtad, por el reconocimiento de todos sus méritos y galanuras que con mi alma crecen cuando le estoy evocando. Al recordarla, todo mi ser se deleita y comparto con ella lo que ya me queda de vida, para honrarla más y quererla más cada día.

Tráigannosla, pues, esa música canario venezolana, y déjennos el sensible eco de sus sones y el canto venezolano con nuestro folklore y sus populares estribillos, hermanados todos ellos. El eco musical de tan soberbio y atractivo peregrinaje por diversos lugares honradamente receptivos, -entre los mejores nuestra tierra canaria-, que será un canto perecedero que abrazará con su calor humano a nuestro Teide gigante... Y, oiremos emocionados en nuestro corazón, siempre que recordemos a esa bendita tierra venezolana, la que tanto nos dio a cambio de nada, y por la que sentimos esta forma de amarla, como la amo yo.

Se acerca pues, ese día, cuando volveremos a tenerles entre nosotros, para deleitarnos, como ya he dicho antes, como sólo saben hacerlo ellos, con sus músicas de las dos orillas, gestadas en nuestra querida Venezuela, donde viven, donde aman tantas gentes compatriotas... Démosles la mejor bienvenida a "Los Guanches de Venezuela"

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