martes, 22 de julio de 2008

LA DROGA ENIGMA SOCIAL QUE PREOCUPA

Artículo recibido de: Celestino González Herreros

No habrá paz ni sosiego en nuestra Sociedad, sólo habrá una constante preocupación por los estragos que causa su consumo, mientras no erradiquemos esa brutal amenaza que acecha y se ha generalizado pese a la lucha constante para poder contenerla. Mientras hayan tantas familias destrozadas por culpa de la droga habrá razones que justifiquen su decida persecución. Cualquier día del año, habrá un desconsuelo terrible en los hogares afectados, donde existen miembros de esas familias adictos a la droga y que para conseguirla roban y matan despiadadamente. Es el peor azote de nuestra Sociedad y preocupa su rápida propagación. Hay sentimientos contenidos, en cuyo silencio, se encierra el atenazador dolor... También el “enfermo” toxicómano lo sufre y guarda su pena; y es mayor aún, su incapacidad para poder superarse.

Los Centros dispensa ríales de Asistencia a la drogodependencia, luchan denodadamente, con todas sus fuerzas y las únicas armas de que disponen, y se han logrado avances considerables en esa ardua lucha que libran por ayudar a tantos enfermos angustiados que buscan salir del túnel en el que han entrado, arrastrados por las “malas amistades” y cayeron en las redes desafortunadas de la infausta evidencia. Y lo más desesperante es, comprobar en la calle, cómo la juventud se deja llevar por sus frívolos instintos anárquicos, desconocedores de las dramáticas consecuencias que genera esa libertad fácil de la irresponsabilidad e injusto desprecio que manifiestan, algunos, hacia sus familiares, a los que van a sentenciar con la más triste de las penas; como si fuera un castigo que les imponen por haberlos traído al mundo, después de verse, en plena juventud, frustrados ante la vida, por no haber sabido luchar o ni siquiera haberlo intentado. Oyen más atentamente, al “colega” de turno, que a los suyos, los cuales le han dado todo o lo poco que han podido... Pero cuando no se quiere entender o razonar sobre el asunto, dan la espalda a la única verdad. ¿Porqué muere tantos padres y hermanos jóvenes, aún? Mueren de pena... Han sido asesinados por sus propios hijos y hermanos, les han matado, más que por la vergüenza, por el dolor y la impotencia al no haber podido hacer algo frente a la droga para acabar con ella. ¿Porqué hay tantas familias arruinadas?... Y tantos golfos, que siguen comerciando con la salud de la “despistada” juventud... ¿Dónde están?.. ¿Acaso no sabemos quienes son?.. ¡Qué desastre! Tampoco se han manifestado, para decir qué es lo que quieren en realidad. Y porqué se dejan arrastrar así. Si me argumentaran que es por la elevada cota de desempleo actual, me adelantaría a decirles, que, en muchos de los casos, los jóvenes y no tan jóvenes, no han insistido en prepararse para hacerle frente a la vida. Tampoco vamos a ignorar, que muchos han recibido más de lo que se han merecido. Hay que arrimar el hombro y demostrar a los demás de lo que se es capaz y hasta donde trabajarían con honradez, que ya habrá tiempo de defender la dignidad, quien en verdad la tenga. Hay que saber presentarse, y, sobre todo, hay que inspirar confianza a nuestros semejantes. Es duro, pero hay que decirlo, a ver si les entra en la sesera, a algunos, de los que se hacen la vista gorda y oídos sordos. Más que nada, lo digo para aquellos que aún no han caído en la “trampa”, a los que quisieran presumir de mayores de edad sin serlos y de valiente sin, tampoco, serlos.

Los que cayeron están siendo atendidos, abnegadamente, por el personal cualificado de los distintos Centros de asistencia o acogida al drogodependiente, quienes, según las estadísticas, han logrado resultados muy favorables. Claro, que ello implica, para el enfermo, muchos esfuerzos, constancia ininterrumpida y disciplinada, hasta lograr recuperarse.

El drogodependiente cree que nunca va a salir del túnel donde se haya atrapado, que jamás va a ver la luz de su libertad al otro lado... señalándole la puerta de su salida, donde le espera su salvación...

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