domingo, 8 de junio de 2008

LOS VECINOS DE GUÍA Y LOS OTROS…

Artículo recibido de: Agapito De Cruz Franco

La ordenanza de los muertos de Guía de Isora, sino fuera algo tan macabro, parecería broma. A algunos ayuntamientos les ha entrado la fiebre por las órdenes. Debe ser el cambio climático que empieza a afectar ya a la temperatura democrática. Empezó Güímar con multas de 750 euros por escupir o hacer pipí. Andan los perros, que no ven la hora de que se haga de noche y trincar algún árbol –de los que quedan tras 40 años agujereando el pueblo- donde nadie les vea evacuar:

“Por lo menos podrían poner algún que otro pipi-can”, ladraba el otro día uno.


Siguió Granadilla con la frustrada iniciativa de prohibir el nudismo en La Tejita:

- “Prohibido prohibir decían hace 40 años en París”
Pero lo de Guía supera lo real. Es cosa del más allá.

Aderezado además, con técnicas de guerra preventiva como la política antiterrorista de Bush. Al concejal Secundino Yanes Falcón, no se le ha ocurrido otra cosa que denunciar a los vecinos a la Guardia Civil, antes de que hagan uso del derecho que, en período de alegaciones, les corresponde. O sea, alegar. Porque el tema que vamos a tratar de desenterrar está en exposición pública.

Con un lenguaje típico de postguerra civil, el edil anuncia que “hemos detectado el reparto organizado en diferentes comercios del municipio de un formulario de reclamación dirigido al Ayuntamiento”, para añadir que van a “intentar localizar a los autores de esta campaña organizada”. Parece el NO-DO. Luego, la denuncia ante la Benemérita. No entiendo nada. Los concejales están al servicio de los vecinos. Si una ordenanza sale a exposición pública, hay que informarles, y luego, no sólo dejar que aleguen, sino animarles a hacerlo. Pero mandarles a la Benemérita…

-“No firmo. La última vez que firmé una cosa así me metieron en la cárcel”, recuerdo que me decía un señor en La Orotava al inicio de los 80 en una recogida de firmas contra los proyectos urbanísticos de El Rincón.

En algunos Ayuntamientos está claro que se está imponiendo la moda retro de los 60. En la Universidad de La Laguna también. Nada menos que la de 1954, cuya normativa llena de telarañas –firmada por Franco en el Pazo de Meirás- ha aplicado el Rector Eduardo Doménech al filósofo Adán González Navarro portavoz del AMEC.

Volviendo al hormigonado Sur, se queja el edil que es falso lo que se argumenta en las alegaciones. Bueno, pues ya se responderán en su momento ¿O es que no se puede opinar? Y es que junto a la fiebre de ordenanzas hay un descenso en los niveles de información. Y mira que hay televisiones a nuestro cargo y a su servicio o megafonía municipal para anunciar lo que sea. Esta desinformación ya se ha institucionalizado. La prueba, el anillo insular entre Icod y Guía, donde los vecinos no tenían ni idea de que les iban a expropiar. A última hora se les presentan papeles a firmar sin saber ni por cuánto ni por qué. Aunque hay asociaciones vecinales desarrollando una excelente labor, hay otras que su actividad queda reducida a las fiestas del Barrio, o, lo que es peor, se han convertido en correas de transmisión del Gobierno.

Un desorden la “Ordenanza Municipal reguladora del Servicio de Cementerios”. Primero dice el Concejal que los muertos no se van a mover de los nichos, para añadir que el traslado sólo afectará a nichos adquiridos a partir del 1 de enero de 2009. Luego se arma un lío de fechas con la propiedad para terminar con la “posibilidad de traslado de manera indefinida” a un osario municipal. Nada, no lo cojo.

Los vecinos dicen que el edil "miente" y que cada una de las concesiones actuales se regirán por la nueva normativa con lo que "el traslado de los restos resulta obligatorio".

Ya sólo falta en Tenerife una manifestación de difuntos. Demostraría lo que muchos empiezan a sospechar, que por más transiciones y transacciones habidas, la política sigue siendo cosa…. de Los Otros. Amenábar dixit.

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