jueves, 12 de junio de 2008

EL CENTRO DEL I.E.S. MARÍA PÉREZ TRUJILLO UBICADO EN ESTE BARRIO DE LA VERA, DEL MUNICIPIO DEL PUERTO DE LA CRUZ

HISTORIA: Hay historias que no se conocen debido a los años, por que hubo poca trascendencia, o que un día pasamos por ese lugar, y observas que hay rotulo que nombra a una mujer. Te preguntas, ¿y está quien es o quien fue? Miras a tu alrededor, y no tienes esa información inmediata. A partir de aquí, procedemos a darle luz del porque fue inaugurado esté Instituto con el nombre de DOÑA MARÍA PÉREZ TRUJILLO.

Siempre es importante dar luz a las historias, para saber y conocer ese antes y un después, al destapar ese “silencio, casi olvidado”.

Dicho esto, procedemos a indagar y darle luz a ese silencio. De está manera, procedemos a seguir paso a paso, y llegar al esa Ilustre mujer portuense. DOÑA MARÍA PÉREZ TRUJILLO, nace en la ciudad marinera de este Puerto de La Cruz. 1898 – 1997, de familia trabajadora, años y tiempos duros en esa época, donde hubo hambre, miserias y enfermedades, donde costaba para salir adelante, luego una Guerra Civil. Las cosas evidente de la vida, que se dicen muy rápido.

DOÑA MARÍA PÉREZ TRUJILLO, según he podio indagar, y bucear, donde empecé a interesarme por su historia.

En primer lugar, está historia se encontraba apalancada, pero un buen día, me hizo despertar una nota de un hombre, que no conocía, solo de oída. Esté amigo, es don Celestino González Herreros, quien me envió un artículo que hablaba de nuestra protagonista que nos ocupa hoy. Don Celestino González, fue alumno de ella, quien habla de lo agradecido que se encuentra, y que aun, la sigue recordando, que tiene que agradecerle todo lo que aprendió de ella.

En segundo lugar, por todos, por los de aquí, por los del más allá, porque se deben saber y conocer la historia de su barrio, o de su calle. No cabe ninguna duda que, hoy son otros tiempos, y mucho más mejorados en todos los sentidos.

La gran idea, y sorprendente, de ponerle nombre a este Instituto, fue de la Asociación de Mujeres portuense, la que lleva su mismo nombre MARÍA PÉREZ TRUJILLO. Está iniciativa fue solicitada por la misma al Excmo. Ayuntamiento de este municipio marinero de Puerto de La Cruz, un 20 de enero de 1997, donde luego, un 21 de febrero del mismo año, se da paso a sesión de información y posteriormente trasladarlo a la sesión plenaria.

Está fue aprobada un 14 de marzo de 1997. Y consta en el Boletín Oficial de Canarias, al expediente nº 36-97.

Este es el nacimiento de está historia, y continuamos paso a paso, con todo aquello que vamos valorando y haciendo un seguimiento profundo de la misión de darle vida y más luz, a está ilustra mujer, donde no encontrado por ninguna parte una negativa. Fue una mujer ejemplar y encantadora, mujer que ayudaba a dar todo por nada. Esta fue DOÑA MARÍA PÉREZ TRUJILLO.

EL INSTITUTO DE HOY

Se encuentra enclavado y situado en el mismo corazón de está Vera, donde es un barrio periférico de este mencionado municipio de Puerto de la Cruz en la isla de Tenerife. Su marcación exacta se remite a tres municipios que forman el Valle de La Orotava, donde el nombre de La Vera, es compartido con La Vera de La Orotava, La Vera del Puerto de la Cruz y La Vera Los Realejos, siendo el 80% de sus habitantes residentes en el Municipio del Puerto de la Cruz. Su población asciende a 4496 habitantes.

EL BARRIO Y SU TRASFORMACIÓN

Desde los años de antaño, el barrio ha sido agrícola tradicionalmente. La primera noticia de su existencia data de la primera mitad del siglo XVIII. Se haya emplazada sobre una antigua dehesa, donde las viviendas están ocupadas por jornaleros y pequeños propietarios agrícolas, se cultivaba los trabajos de siembra del plátano, tomate, papas como millo y otros frutales de la tierra.

Este lugar era de paso, de un largo de un camino que discurre próximo y junto al cauce del barranco de San Felipe, también conocido por el barranco de la Raya, nace en la cumbre y desemboca junto al Castillo San Felipe.

A primera mitad de siglo se produce una importante exaltación que forma un Caserío, en la segunda mitad, empieza la sintonía económica y significativa desarrollo de aceleración del proceso urbanizador en el mismo.

Al final de la evolución del caserío en este siglo XIX, fue destino final de los solares, del los derribos efectuados durante la primera mitad, la que fue creación de huertas para el cultivo, el incremento de edificación, fue sobre todo, concentrado en la misma periferia agrícola y rural del municipio, así permaneció estable todo el núcleo populoso y urbanístico.

La Vera comienza con un crecimiento de autoconstrucción donde se aprendía el oficio, y las familias edificaban su propia vivienda, donde se ayudaban unos a los otros. De está manera, se realizaban los mismo vecinos su conexión entre sí, creando sus misma familias fuertes sentimientos, de gran orgullo, y de está manera pertenencia a la núcleo social.

En los años 60, el barrio de La Vera desempeñó funciones agrícolas de todo tipo. A mediados de la misma, se inició en dicho barrio una adscrita al Puerto de la Cruz, donde se llevo una decisión muy fuerte, con un programa de construcción de viviendas sociales, donde transcurrió hasta la misma década de los ochenta.

El proceso de configuración socio-cultural en la zona fue de dos formaciones sociales y muy diferentes: una parte poblacional tradicional, de origen al ramo rural, donde fue sometido a un intenso proceso de urbanización, así donde su fuerte proporción de población de variable procedencia.

A raíz de aquí, hubo un cambió en la búsqueda de trabajo en el sector turístico en está ciudad marinera de Puerto de la Cruz, cuya situación económica era la exigida para acceder a las viviendas sociales.

CURRICULÚM Y TRAYECTORIA DE:

Doña María Pérez Trujillo: (Puerto de la Cruz, 1898-1979) se formó con José Curbelo Benjamín J. Machado. Durante algunas temporadas, por motivos familiares, residió en Lanzarote, Barcelona y Alicante.

Definitivamente afincada en su ciudad natal, impartió clases en sus domicilios de las calles Doctor Ingram, Blanco y José Arroyo. La austeridad y el rigor fueron las tónicas predominantes en el ejercicio de su magisterio apreciado por varias generaciones de portuenses. Su voluntad de ampliar conocimientos posibilitó acercándose al mundo de la música y la filatelia, materias sobre las que también dirigió enseñanzas de distintos niveles. Pese a sus condicionamientos físicos llegó a interpretar al piano con gran soltura.

Mediados los años treinta, fue promotora del ropero infantil ``Pablo Iglesias’’. Otra se sus iniciativas, en colaboración con Ricarda Marrero, fue la cesión de la escuela para que ensayara un grupo teatral que ofreció varias representaciones en el desaparecido teatro ‘Topham’ y algunos de cuyos componentes viven.

A lo largo de varias décadas enseñó a un alumnado de toda condición social. Siempre sensible y preocupada por una adecuada formación básica, procuro orientar a numerosos padres en el aprovechamientote quienes accedían a escalas superficies de enseñanza.
El homenaje popular que la familia Martín Fernández promovió en Caracas (Venezuela) en 1974 puede interpretarse como la culminación de la trayectoria que, en favor de la docencia y de la formación humanista, protagonizo durante su vida María Pérez Trujillo, la inolvidable ‘maestra’.

UNA RICA PERSONALIDAD

Su vida fue un ejemplo de abnegación y sacrificio. Hoy en día, se la sigue recordando por su tenacidad, virtud sobre la que sustentó la superación de sus condicionamientos físicos.

Mujer inteligente, dotada de una gran capacidad de trabajo, hizo de la docencia un ejercicio ejemplar. Son varias las generaciones de portuenses quienes aprendieron con ella su formación básica y aún la que les permitió acceder a otros niveles de enseñanza. Su magisterio combino el rigor de una buena profesora con la ternura y el aperturismo de una mujer, de una amiga y de una madre.

Miembro de una familia de profundas raíces socialistas, predico siempre con el ejemplo y no le importo enseñar sin contraprestaciones económicas inmediatas. Tuvo siempre para sus alumnos una palabra de aliento y de estímulo.

Quizá por eso, años después de abandonar aquellas aulas que eran como una segunda casa, la visitaban tan sólo para recordar las vivencias y la anécdota. De una época inolvidable. Sus convicciones religiosas fortalecieron su carácter su bondad.

María Pérez Trujillo en una etapa difícil de la historia de España, se mantuvo siempre fiel a sus principios de ecuanidad y de justicia social. Tuvo la entereza suficiente como para superar no pocas adversidades y se granjeó el afecto de la práctica totalidad de la población portuense.

Hecha a si misma, con voluntad de hierro, exquisita en el trato, sensible a todo la que significara progreso y avance de la libertad por la que trabajo en silencio como la hacen quienes sueñan con ella-, la vida de María Pérez Trujillo fue un ejemplo de fortaleza.

Aún se recuerda el cálido, masivo y entusiasta homenaje que recibió en Caracas, hasta donde viajó pese a su avanzada edad.

Con la misma humildad de la que hizo gala durante su actividad docente, soporto la enfermedad que acabó con su vida en febrero de 1979.

Su entrega, su afán, su voluntad de trabajo constituyen un paradigma para la mujer que hoy sigue aspirando a la igualdad y a la plena integración factores por lo que María Pérez Trujillo, a su modo, luchó durante toda una vida.

AGRADECIMIENTO:

Gracias de corazón a todas aquellas personas que aportaron su granito de arena, para que, después de tantos años, pudiéramos darles nuevamente luz, clara y transparente a está historia.

Me gustaría dejar esta nota; por si alguna persona, alumno, o de la misma asociación, tuviese una foto donde estuviese doña María Pérez Trujillo, junto a sus alumnos. Cosa que agradecería, de todo corazón, ya que, de esta manera, enriquecería más está historia.

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