lunes, 26 de mayo de 2008

VILLEROS ILUSTRES.

Artículo recibido de: Bruno Juan Álvarez Abreu

EZEQUIEL


Mi ilustre amigo perdomero Luís Hernández Melo, me fue a buscar a mi lugar de trabajo como profesor en el IES La Orotava Manuel González Pérez, que había que trabajar y moverse duro por Ezequiel, que lo está pasando muy mal, y merece que en vida se le reconozca a nivel del pueblo canario, creo que a igual que mi otro ilustre amigo de la villa Isidoro Sánchez García, que sería merecido por múltiples razones que el ilustre amigo de todos los villeros y tinerfeños el escultor e imaginero Ezequiel, Villero de Honor, Pétalo de Oro, Premio Artesanía y Patrimonio, todo un artista con las Bellas Artes fuese nominado Premio Canarias en dicha modalidad. Luís Hernández Melo nos expresa con su esfuerzo y desde la Perdoma antiguo Pago de Higa, Ezequiel debe de ser el más firme candidato, nacido en estos siete peñascos, para que se le conceda el Premio de Canarias en la modalidad de Bellas Artes.

De todo esto lo tengo muy claro, este hombre considerado como el Escultor del siglo XX, que fortaleció el arte sacro como imaginero, a igual que lo fue el grancanario Lujan Pérez de Santa María de Guía y su discípulo el orotavense Fernando Estévez, merece todo una gran recompensa del pueblo canario en general. Últimamente, con asiduidad me lo tropezaba en la plaza de Franchi Alfaro, en su silla de rueda, siempre acompañado de su querida fiel esposa Evaristo Cruz, la que recuerdo trabajar con otro artista de La Orotava don Ambrosio Díaz Manzano en la calle Juan Padrón antigua calle El Loro , se despedía con una sonrisa en sus ojos de la buena amistad, y así regresar a su flamante residencia del El Llano de San Sebastián de La Orotava, para ser atendido por su personal sanitario cualificado, pero últimamente le han reproducidos controversias en referencia a su salud y ha tenido que ser hospitalizado. Y para que le conozcan bien reproduzco en forma muy resumida lo que ha sido su vida artística a lo largo de las bellas artes.

Ezequiel León Domínguez nació en la Orotava el día 2 de octubre en 1926, en una casa terrera de la Calle Nueva, en la Villa Arriba, cuna de carpinteros, zapateros y artistas. Fue monaguillo de la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción, lo que le permitió aprovechar restos de cera para sus modelas. Su padre trabaja en la fábrica de gaseosas de la Familia Padrón y su madre ama de casa. Primogénito de numerosos hermanos. Desde su infancia modelaba, utilizando masa de pan, cera de abejas. De hecho tiene en su haber numerosas producciones del Cristo a la Columna del sevillano Pedro Roldán distribuidos por distintos hogares de la villa. Su amigo y convecino Leoncio Estévez Merino en su libro “Los niños que jugaban con los Santos”, hace referencia a una anécdota: Ezequiel, como buen escultor, tenía los Santos más bonitos, pero no tenía una buena habitación – iglesia. Su madre le dejaba utilizar la sala. Yo le dejo jugar, decía, pero tengan cuidado con las velas, no sea que me quemen algo. Un día, cuando estábamos en la última procesión, la del señor del Muerto teníamos que enterrarlo, pero Ezequiel no tenía sepulcro como el de Urbano Sosa. No te preocupes, le dije, usamos la gaveta de la vitrina, y si la cerramos con fuerza haremos el estruendo apropiado. Terminada la procesión, yo hice la ceremonia como el cura. Metí el Cristo en el lecho de terciopelo, cerré violentamente la gaveta y el estruendo fue terrible. La madre de Ezequiel salió como loca diciendo; “Fuera a la calle todos, me han roto el par de jarrones que me habían regalado cuando me casé”.

Alumno de la Escuela de Dibujo “Perdigón”, empieza a modelar a los 7 años, pero su admiración por los hermanos maestros de obras de construcción “Vitales” los cuales le enseñan a modelar el barro. Estudia en la Escuela de Bellas Artes de Tenerife y en la “Luján Pérez de Las Palmas, Amplía estudios en la Escuela de Artes Aplicadas de Madrid y en la Restauración de Santa Isabel de Hungría, de Sevilla, donde destaca en la restauración del Retablo Mayor de la Catedral. Como escultor, trabaja el barro, la cera, la escayola, y sobre todo, la madera. Su imaginería religiosa abarca todas las islas y América (Venezuela, Cuba, Argentina, Colombia...); entre sus tallas, destacan el Cristo de la Sangre, y el Paso completo de “La Adoración del Huerto”, en La Laguna. Entre sus restauraciones: El Gran Poder del Puerto de la Cruz, el Cristo de Tacoronte, y en especial la Virgen de Candelaria, imagen de candelero de otro orotavense, Fernando Estévez del Sacramento, que a instancia de don Domingo Pérez Cáceres, Ezequiel convierte en talla completa de cedro. Pintor muralista y, por supuesto, alfombrista, con 25 años de trabajo en la alfombra de la plaza del Ayuntamiento, y tradicionalmente realiza alfombras de flores, por fuera de la casa de la Familia Pérez Betancourt.

Con catorce años recibe su primer premio por modelar en barro un busto de José Antonio Primo de Rivera, casi en esta misma época realiza su primera escultura religiosa Padre Jesús Nazareno, expuesta en la iglesia parroquial de La Perdoma. Curiosamente el odontólogo santacrucero – orotavense don Cesar Hernández Martínez le encarga la ejecución de un belén con escenas de paisajes canarios. En el año 1952 contrae matrimonio con doña Evarista Cruz Correa, de cuya unión nacen seis hijos, continuando su senda artística Jesús de León Cruz, imaginero y Ezequiel de León Cruz pintura y alfombrista. Después de su matrimonio reside cerca de la Charca de Ascanio pasando posteriormente al barrio de San Antonio María Claret, donde restaura, entre otras, obras como el Nazareno (Icod de los Vinos), de Martín de Andujar, para pasar finalmente su residencia a la Perdoma.

Doña Juana Isabel Guerra Cabrera (1987) subdivide la producción artística de este imaginero orotavense en cinco etapas, a las que el amigo Juan Manuel Reyes Cornejo le añade otras dos, para completar el periodo posterior a su tesis doctoral: Primera etapa (1936 – 1947) abarca sus inicios como escultor durante la Guerra Civil y la posguerra. Segunda Etapa (1947 -1961) se caracteriza por el formato de mayor tamaño y un gran avance en su producción técnica. Comienza con el Nazareno de la Perdoma, modelado en escayola a tamaño natural, o la copia del Cristo a la Columna de Pedro Roldán de la parroquia de San Juan Bautista para la parroquia de San Antonio de Papua de Granadilla, que le costó un disgusto con el entonces párroco de San Juan Bautista de La Orotava el recordado canónigo don Domingo Hernández González, y el Ángel, del paso de la Oración del Huerto, para el monasterio de Las Claras de la Laguna. Tercera etapa (1961 – 1976), en esta recibe la popularidad en: Pasión y Devoción Mariana unido al avance técnico en la resolución de talla y policromía, montando su taller en la calle El Agua de La Laguna, frente al convento de las monjas claras. Entre sus obras destaca Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, en la iglesia de las claras, por encargo de la familia de don Álvaro González. Cristo de la Montaña de Taco, Cristo de la Cañita, Entrada de Jesús en Jerusalén y finalmente el Cristo de Burgo de La Laguna. Cuarta Etapa (1976 – 1978), contacta con la escuela Sevillana, casi todas las imágenes son realizadas en soporte para vestir, excepto los desnudos. Tras el incendio del Templo de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo Bajo le promete la hechura y donación del Cristo de la Redención. Quinta etapa (1978 – 1986) reactiva su obra en el culto Mariano y Cristológico. Esta etapa empieza cuando regresa de Sevilla hasta la realización de la tesis por doña Juana Isabel Guerra Cabrera, se caracteriza por el resurgir con nuevos ímpetus para profundizar en los mismos temas, pero con más seguridad y con mucho más deseo de ver su obras acabadas. Entre sus obras destacan La Dolorosa, San Juan y La Magdalena, para el conjunto del Calvario de San Lázaro en la Laguna, así como las primeras imágenes para la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo Bajo, para su reconstrucción después del incendio (Cristo de la Redención, San Juan el Evangelista, La Piedad, El Nazareno y La Santa Fa de La Laguna. Sexta etapa (1986 – 1994) trabaja en su taller en su casa de la Perdoma y en un inmueble anexo, en imágenes de pasión como de gloria. Se incorpora su hijo Jesús de León Cruz y su discípulo Cristo García Quintero. Séptima etapa (1995 – 2005) abre nuevo taller en el Barrio de La Luz en La Orotava, trabajando en unión de su hijo y de su seguidor. Realiza numerosas piezas, tanto para la Semana Santa como para comisiones de fiestas de barrios.

MI amigo Juan Manuel Reyes Cornejo me indica que Ezequiel de León Domínguez que; La pieza cumbre de todo imaginero, constituida por El Crucificado, estudio anatómico completo del cuerpo humano, lo ha realizado en una treintena de ocasiones, cambiando sus posturas, cambiando sus rostros, e, incluso, reseñar que no existen dos perisonios iguales….”Ezequiel de León Domínguez es el difusor del modelo neoclásico de Nuestra Señora de Candelaria, ideado por el también orotavense Fernando Estévez del Sacramento. Solo existiendo una, salvo la original de Candelaria, en la Parroquia de Nuestra Señora de la Concepción (Santa Cruz de Tenerife), atribuida al escultor chicharrero Miguel Arroyo Villalba, siendo el resto de las existentes en nuestras parroquias y más allá del Atlántico en los países Iberoamericano. Igualmente iniciador de la iconografía del Santo Hermano Pedro, y su posterior difusión con su primera obra 1981, para la iglesia de San Pedro en Vilaflor. Su taller sigue vivo en el barrio de la Luz de la Orotava de la mano de su hijo Jesús de León Cruz, y su aventajado discípulo Cristo García Quintero.

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