martes, 13 de mayo de 2008

Al SR. DIRECTOR DEL DIARIO DE AVISOS

NOTICIAS RECIBIDAS EN EL BUZÓN DE:
Un ciudadano
Como docente, pero sobre todo como ciudadano, presente ayer sábado por la tarde, en las afueras de la sede central de la Facultad de Educación en la calle Heraclio Sánchez de La Laguna tengo que comunicarle mi más firme queja por la falsedad y tergiversación de la noticia que se da en ese periódico hoy domingo.
Dudo que la redactora, Saray Encinoso, estuviese presente esa tarde, como yo, que si lo estuve, y viviese en directo los hechos, ya que si así hubiese sido, este hecho será ejemplo en la Facultad de Periodismo de manipulación de lo acontecido realmente. En todo caso supongo, por deferencia hacía alguien que no conozco, que escribió por relato de alguien interesado en desprestigiar al profesorado, de alguien que desconoce que el profesorado esta acostumbrado a lidiar a diario con conflictos en los centros y que todos los casos se busca solucionarlos a través del dialogo y la discusión verbal, nunca física; ese es uno de esos valores que nuestra “señora” Consejera y esa periodista desconocen que se transmiten a diario en los centros educativos.En ningún momento la violencia eclipso todas las exigencias de los profesores, ni los docentes escenificaron un virulento encierro por la homologación y, por supuesto, tampoco el transcurso del día demostró que no toda la dirección del centro lagunero estaba de acuerdo con esta invasión; en suma, todo el final del primer párrafo de esa noticia es una suma de falsedades y tergiversaciones de la realidad allí sucedida que exigen una rectificación urgente por parte del periódico de su digna dirección.
El hecho de que los agentes de seguridad privada que prestan sus servicios en esa institución cerraran con cadenas y candados las puertas de la facultad no fue dada por ningún cargo de la facultad y, creo, que también por ninguna autoridad académica de la propia universidad; en todo caso las sospechas de los presentes, incluida algunas autoridades académicas, van hacia alguna persona de fuera de los estamentos universitarios que pretendía boicotear una pacifica reunión. Y ello muestra como algunos sectores políticos canarios no se hallan cómodos en una situación democrática en la que se muestren hechos y opiniones que van en contra de sus intereses.
La situación de tensión normal que sucedió al cierre, que dejaba confinados y sin comunicación con el exterior, salvo las realizadas a través de móviles, a miembros de la Asamblea Permanente del Profesorado, incluido algún menor hijo de alguno de ellos, provoco momentos de discusión verbal y tensión física entre ese personal de seguridad y algunas personas que intentaban acceder al edificio, la mayoría de ellas no docentes pero si familiares o miembros de otros medios de comunicación que querían recoger las declaraciones de los aislados del interior; la intervención de los bloqueados llevo la situación por derroteros de diálogo y conversación en la que quedo claro que el personal de seguridad actuaba bajo presión de personas externas al ámbito universitario; esto quedo evidente en cuanto se personaron en el centro las máximas autoridades académicas de la Facultad y ordenaron a este personal al servicio de la Universidad que facilitase la entrada y salida de las personas que se habían reunido como Asamblea Permanente del Profesorado, con todas las autorizaciones, desde primera hora de la mañana de ese sábado y hasta hoy domingo, con el compromiso del buen uso y cuidado de las instalaciones.
A partir de ese momento la relación personal entre las personas que formaban parte de la Asamblea y el personal de seguridad ha sido fluida y sin problemas, colaborando estos últimos en la buena estancia de los primeros durante los dos días.Un conflicto originado por personas interesadas se resolvió a través del dialogo, como se enseña a hacer en los centros educativos y como siempre las personas civilizadas, democráticas e inteligentes deben hacer. No como la “señora” Consejera de Educación y “su” presidente de Gobierno, que con su declaraciones y actitudes fomentan a diario la deshonra y la desacreditación personal y profesional del profesorado no universitario canario, echando leña en la hoguera del desprestigio del sistema público canario de educación, en vez de, como cualquier responsable máximo de un servicio público, prestigiarlo y enaltecerlo.
Esa actitud me lleva a sospechar de peligrosas uniones de intereses para aumentar la importancia del sistema privado en el conjunto del sistema educativo canario, quitándose de encima a la mayor empresa de Canarias, junto con el sistema sanitario, al que también se esta llevando a una privatización cada vez mayor.Como final, le ruego que rectifique en su próxima edición esta manipulada noticia y, si lo tiene a bien, publique la presente en la sección de Cartas al director.
Un ciudadano. [Humberto Domínguez Marte]

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