
Una vez finalizada la Conquista de la Isla de Tenerife, por Alonso Fernández de Lugo, al frente de las tropas castellanas, en 1496, se estableció la capital en La Laguna y se dividió la isla en varios partidos. (Pueblos).
El partido de Taoro correspondió a la jurisdicción de La Orotava, en cuyo litoral se ordenó construir un muelle, donde dice la tradición que se plantó la Cruz de la Conquista. Corría el año 1506. En ese lugar y en ese mismo siglo XVI (1500) que aún alboreaba, comenzó a formarse un humilde poblado de pescadores llamado Puerto de La Orotava. Según el investigador Álvarez Rixo, en 1505 contaba con 50 habitantes.

La destrucción del puerto de Garachico en 1706 a consecuencia de una erupción volcánica, convirtió a Puerto de la Cruz en el principal puerto de la Isla. Tal fue su importancia que el propio Rey Felipe IV lo llamó "llave de la isla", y así quedó simbolizado para siempre en el escudo del municipio. Se abrió en ese momento la época más importante de la historia de la Ciudad, desde los puntos de vista económico, social y cultural.
Fue cuando a mitad del siglo XIX la sociedad portuense, y sobre todo la colonia extranjera aquí asentada, empezó a darse cuenta de lo que tenía en sus manos. La presencia británica, sobre todo, fue decisiva para el arranque definitivo de la industria turística en Puerto de la Cruz y el Valle de La Orotava.
El antiguo Menceyato de Taoro, uno de los nueve reinos aborígenes en que se encontraba dividida la isla de Tenerife hasta 1496, año en que finalizó el proceso de conquista de la isla. A partir de entonces el conquistador Alonso Fernández de Lugo inició el reparto de tierras y aguas entre los beneficiarios de la Conquista, hecho que originó múltiples conflictos, dados los intereses creados en torno a un territorio caracterizado por la fertilidad de sus suelos y por la abundancia de sus aguas.

Igualmente sobre este espacio se fundaron durante los siglos XVI y XVII ermitas y conventos vinculados a las familias terratenientes, que tenían el objetivo de consolidar el núcleo de vecinos, a la vez, que establecían los límites del territorio y se erigían en referentes culturales para la alta sociedad orotavense.

La Orotava como municipio, como la del mercado, cárcel, escuela, teatro, hospital e incluso cuartel, en una situación que se sucedió hasta bien entrado el siglo XX. Pero la adaptación de los recintos conventuales no sólo se limitó a una variación en sus usos, sino que también supuso el derribo de algunos de ellos para edificar sobre sus solares edificios de nueva planta, como sucedió con el convento femenino de San José, donde se construyó el Ayuntamiento durante los últimos años del siglo XIX, o con el convento, también femenino, de San Nicolás, donde a mediados del siglo XX se levantó la sede de Correos y la del Juzgado.
Ya durante el último tercio del siglo XIX, la crisis agraria motivada por el declive de la cochinilla originó la introducción de un nuevo cultivo de Exportación como fue el del plátano, que desembocó en un nuevo período de auge económico para La Orotava durante las postrimerías del siglo XIX y las primeras décadas del XX.
Sin embargo la bonanza económica se vio interrumpida con la sucesión de conflictos bélicos que afectaron a Europa desde 1914 con el estallido de la Primera Guerra Mundial, en 1936 con la Guerra Civil Española y en 1939 con la Segunda Guerra Mundial. Todo ello generó un profundo estancamiento en el desarrollo económico y social de La Orotava del que tan sólo pudo sobreponerse a comienzos de la década de los años sesenta cuando la economía regional inició un despegue a raíz del desarrollo del turismo.

A partir de aquí, partimos cono nuevos datos de interés, en la historia y raíces, donde seguimos tirando de esa hebra, dejando historia, con el fin de llegar a nuestro barrio de La Vera, de este municipio del Valle de La Orotava.
No hay comentarios:
Publicar un comentario