sábado, 14 de junio de 2008

DON TOMÁS ASCANIO Y MÉNDEZ. CONSTRUTOR DE LA GRAN CHARCA DE LA OROTAVA.

Artículo recibido de: Bruno Juan Álvarez Abreu

Nos cuenta don Ricardo A. Valeiras, en un artículos publicado en el matutino El Día de fecha 8 de agosto de 1993 que; Don Tomás de Ascanio y Méndez de Lugo nació en la Villa de la Orotava el 15 de noviembre de 1879, hijo de don Enrique de Ascanio y Estévez - Aponte, que fue caballero cofrade de la Noble Esclavitud de San Juan Evangelista de La Laguna, alcalde de La Orotava y Gran Cruz de la Orden Civil del Mérito Agrícola, y de doña Eladia Méndez de Lugo y León Huerta. Contrajo matrimonio en la parroquia de la Concepción de La Orotava el 27 de noviembre de 1905 con doña Catalina de Monteverde y Lugo. Tuvo este matrimonio numerosa descendencia.

Fue don Tomás de Ascanio importante terrateniente y agricultor en este Valle de la Orotava, al frente de una comunidad de bienes con sus hermanos don Alonso, don Enrique y doña María, que duró 19 años denominada «Ascanio Hermanos», realizó una meritoria labor agrícola y humana con importantísima trascendencia social, creando y manteniendo cientos de puestos de trabajo. Recordemos que por aquel entonces era el cultivo de plátanos el recurso vital para la economía isleña. La tracción mecánica apenas existía y por tanto, para su producción y manipulación se hacía necesaria una ingente cantidad de mano de obra, tanto para las sorribas o roturaciones de las fincas, como para sus cosechas, empaquetados, transporte y exportación. Por ello es curioso e interesante relatar cómo ideó y creó en sus fincas del Rincón y otras, la única instalación semimecanizada de entonces consistente en una extensa red de vagonetas sobre raíles tiradas por vacas, que facilitaban todos los transportes hasta el empaquetado de «San Pablo» (que aún hoy existe en ese paraje de La Orotava, como garaje de autobuses) donde los racimos de plátanos eran embalados adecuadamente en guacales de madera y acolchonados con paja y hoja seca de la propia platanera y remitidos para su embarque primeramente al Puerto de la Cruz y más tarde al de Santa Cruz de Tenerife.

Culminó su importante labor agrícola con la construcción del gran embalse de aguas denominado «La charca de Ascanio». Fue realizado éste junto al cauce del Barranco de las Arenas, en el lugar o paraje Quiquirá y en solares adquiridos a don Leopoldo González Tosco y otros el 21 de noviembre de 1912 ante el notario don José Romero de Castro, de este término. Tienen los muros que cierran este gran embalse una altura de 30 metros y la capacidad de espacio para el almacenamiento, añadiendo el parapeto, es de unas setecientas mil pipas de aguas para riegos. Aparte de la gran admiración y expectativa que tanto técnica como económicamente causó entonces esta espectacular obra, fue su gran ayuda social la que vino a solventar en parte la gran crisis económica que con motivo de la primera Guerra Europea azotaba principalmente a la clase trabajadora.
Fueron muchísimas las gentes que tanto de La Orotava como de sus pueblos limítrofes solventaron los problemas de manutención de sus familias gracias a la construcción de esta gran charca. Aunque por diversas razones estuvieron algún tiempo paralizadas sus obras, fue finalmente inaugurada y bendecida por el Rvdo. Padre Lajes de la Comunidad de P. Paúles, de La Orotava, el año 1927, aun vive uno de sus peones Pedro Barreto con noventa y pico de años. Pionera pues en el almacenamiento de sobrantes de nuestro caudal acuífero nos confirma la dejadez que durante tantos años ha permitido la pérdida de gran parte de este bien tan preciado como es el agua.
Construyó en 1928, junto con su esposa, el hermoso palacete que hoy adorna y prestigia esta Villa en la zona de la Plaza de la Constitución y donde el año 1931 celebraría el matrimonio de su hija mayor doña Eladia Ascanio y Monteverde con don Bernardo Cólogan y Cullen, futuro marqués del Sauzal. En la actualidad este bello edificio alberga las magníficas instalaciones de la entidad cultural «Liceo de Taoro» y a quienes desde estas líneas instamos a colocar en su fachada principal una placa conmemorativa con referencia a este matrimonio de tanto arraigo en el pasado de esta ciudad.
Fue don Tomás de Ascanio persona afable y sencilla, abierto a cualquier clase social, mecenas y colaborador de muchas obras de diferentes índoles, presidente de comunidades y asociaciones con la excepción de la política, tanto local como insular, en la que nunca quiso participar.

Falleció cristianamente, víctima de cruel enfermedad, en Berlín (Alemania) el 21 de junio de 1937, tributándole los orotavenses a la llegada de sus restos mortales un multitudinario homenaje en recuerdo de aquel que en vida fue un relevante prócer de esta Villa de la Orotava.

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